viernes, 18 de enero de 2013

Adioses necesarios

"Cuando el adiós es necesario para el crecimiento...
 hay que hacerlo con heroísmo hasta el final"


Ilustración Sara Miranda Icaza


Siempre he transitado entre escasas despedidas. Como les mencioné alguna vez soy una persona desapegada en general, y salvo aquellos que ocupan mi pequeño círculo infranqueable, los demás aunque a veces han dejado huellas valiosas, se han movido o desaparecido paulatinamente casi sin dolor, de hecho en ocasiones no lo he notado hasta que es ya un camino sin retorno.

Hoy tal vez esté un poco más vieja o más sensible. O sea también que a medida que me encuentro y defino con líneas más claras, los vínculos que establezco son más permanentes. La gente que gravita en torno a mi esfera, tiene un poco más de mi, tanto así que se lleva un trocito cuando está lejos o cuando no está. Difícil saber. Sólo la sensación de una lágrima diminuta cosquilleando en medio del pecho buscando una salida, que seguro, no encontrará.


Por alguna razón nos conectamos con algunos y no con otros. Hay quienes nos son fáciles de querer e imposibles de ignorar. Aquellos quienes sin pronóstico alguno, encontramos un día acurrucados en el corazón, sonriendo.


Amigas queridas. Que hayan elegido el mismo día para tomar distintos rumbos fue pura casualidad. Que entre ustedes apenas se conozcan y sólo tengan en común su nexo conmigo también 
(aunque con más tiempo o coincidencias sé que se habrían llevado muy bien).

¿Las extrañaré en el quehacer diario? 

Ufff...claro que sí.
¿Entiendo que los vínculos verdaderos son para siempre? 
Si, también.
Pero también sé que la distancia y el ajetreo de la vida diaria nos aleja a velocidades ciclónicas. Así que, por si lo olvido, como suelo hacer (o solemos hacerlo todos) agradezco de corazón los momentos compartidos y el crecimiento conjunto. Las risas y confidencias al azar. Lo que de ustedes se queda conmigo y lo que, espero, lleven de mi también.

Porque sin duda hay cosas que vuelven a los momentos únicos. Y únicos momentos para las cosas, y hoy es para decir que aunque sé que estos adioses son necesarios, porque para crecer a veces hay que moverse un poco más de lo previsto (la experiencia me enseñó que cuando los cambios se presentan como oportunidades hay que abrazarlos y partir con ellos) la aventura de haber compartido, aunque finalice aquí, ya valió la pena.


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