miércoles, 23 de mayo de 2012

Crónica de una muerte que nadie anunció



Madrugada del sábado. Tres hombres (medio niños aún en realidad) entran en una casa buscando un botín nocturno que intercambiar por drogas. La casa está en silencio y los habitantes que duermen en el segundo piso no han notado nada.
Podrían haber sacado las cosas de valor de la planta baja y haberse ido, pero no ¿Porqué no buscar dinero o joyas? ¿Iban a perder la noche? Si ya estaban dentro.

Con la seguridad que les otorgan las armas y la angustia de la adicción suben al segundo piso y despiertan a la dueña de casa con el cañón en la sien.
Ella se desespera, no tiene mucho efectivo, y sus joyas tampoco son muchas. De improviso su hijo despierta y se abalanza contra uno de ellos para proteger a su madre.
Un disparo en la oscuridad. Miedo. Los intrusos huyendo a toda velocidad disparando desde el callejón.

Dos días en el Hospital, dos cirugías y la vida de la mujer se esfuma. Paro cardiorespiratorio dice el doctor. Homicio calificado el fiscal.

¿Cuántas historias parecidas en el noticiario central?¿Cuántas muertes que son sólo cifras vacías o estadísticas de delincuencia? Hasta que ese alguien sea tu hermana, tu madre, tu amiga...

Y hoy, esa realidad tan lejana ( o así parecía) está dentro de mi casa y mi familia y el mundo me resulta un lugar mucho menos amigable que anteayer.

Todavía con mucha pena, pero parece que así es la vida no más.


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